REVISTA BIO CIENCIAS

ISSN: 2007-3380

http://revistabiociencias.uan.mx
http://dx.doi.org/10.15741/revbio.02.04.04


ARTICULO ORIGINAL

Caracterización y funcionalidad de invernaderos en Chignahuapan Puebla, México

Characterization and functionality of greenhouses in Chignahuapan Puebla, Mexico

Ortega-Martínez, L.D.1*, Ocampo-Mendoza, J.1, Sandoval-Castro, E.1, Martínez-Valenzuela, C.2,
Huerta-De La Peña, A.1, Jaramillo-Villanueva, J.L.1
.

1Colegio de Postgraduados Campus Puebla. Km 125.5 Carr. Fed. México-Puebla (Blvd. Forjadores), Santiago
Momoxpan, C.P. 72760. Municipio de San Pedro Cholula, Puebla, México. Tels. 01 (222) 285 0013, 285 1442.
2Instituto de Investigación en Ambiente y Salud, Universidad de Occidente, Boulevard
Macario Gaxiola y Carretera Internacional. Los Mochis, Sinaloa. México.

*Autor corresponsal:
Ortega Martínez, L.D., Colegio de Postgraduados Campus. Fed. México-Puebla (Boulevard Forjadores), Santiago Momoxpan, C.P. 72760. Municipio de San Pedro Cholula, Puebla, México. Tels.: 01(222) 285 0013; 285 1442. Correo electrónico: ldortega@colpos.mx.


Información del artículo


Revista Bio Ciencias 2(4): 261-270

Recibido: 2 de agosto de 2013
Aceptado: 25 de septiembre 2013

Como citar este artículo: Ortega-Martínez, L.D., Ocampo-Mendoza, J., Sandoval-Castro, E., Martínez-Valenzuela, C., Huerta-De La Peña, A., Jaramillo-Villanueva, J.L. (2014). Caracterización y funcionalidad de invernaderos en Chignahuapan, Puebla, México. Revista Bio Ciencias 2(4): 261-270.


Palabras clave / Key words


Agricultura protegida, diseño estructural, sistemas de producción / Protected agriculture, structural design, production systems


Resumen


Se caracterizaron los invernaderos y se evaluó su funcionalidad en el municipio de Chignahuapan, Puebla; mediante un censo se entrevistó a 31 productores que representan el 100 % de invernaderos durante el ciclo agrícola 2011. Inicialmente se realizaron recorridos exploratorios y se aplicó un cuestionario a productores propietarios de invernaderos. A partir de la información obtenida se determinaron por análisis clúster, cinco clasificaciones de invernaderos, una corresponde a tipo multitúnel y las restantes son multitúnel con ventana cenital fija, diferenciados por su tecnología para la producción como acolchados plásticos, hidroponía, sistemas de calefacción y de riego. De acuerdo a su clasificación, se encontraron diferencias significativas en rendimiento de tomate. De la misma forma, los indicadores de funcionalidad: largo, ancho, altura, volumen de superficie y metros cuadrados de ventana del invernadero, mostraron una correlación significativa con el rendimiento. A partir de estos resultados se podrán desarrollar e implementar estrategias que conlleven a un mejor manejo de invernaderos, así como a la implementación de nuevas técnicas agrícolas para mejorar los rendimientos de los sistemas de cultivo.


Abstract


Greenhouses were characterized and evaluated for their functionality in the municipality of Chignahuapan, Puebla; in a census, 31 producers were interviewed representing 100 % of greenhouse during the 2011 season. Initially exploratory trips were made and a questionnaire was applied to producers and greenhouse owners. From the information obtained, five classifications of greenhouse were determined by cluster analysis, one corresponding to multitúnnel type and the rest are multitúnnel with fixed roof window, differentiated by their production technology as padded plastics, hydroponics, heating and irrigation. According to their classification, significant differences in tomato yield were found. Similarly, indicators of functionality: length, width, height, volume and surface square meters greenhouse window, showed a significant correlation with performance. From these results we can develop and implement strategies that lead to better management of greenhouses, as well as the implementation of new agricultural techniques to improve yields of crop systems.


Introducción

La agricultura protegida es el sistema de producción realizado bajo diversas estructuras y cubiertas, entre los que destacan los invernaderos, que tienen como característica básica la protección contra los riesgos inherentes a la producción de cultivos a libre exposición, su función principal es recrear las condiciones óptimas y apropiadas de radiación, temperatura, humedad y dióxido de carbono, para generar la reproducción, desarrollo y crecimiento de plantas, incrementando la producción en cantidad, calidad y oportunidad comercial (Castañeda et al., 2007; Bastida, 2008; Moreno et al., 2011).

El invernadero es el elemento cualitativamente más importante del sistema de producción en agricultura protegida, debido a que de él depende en gran medida la capacidad productiva (Fernández, 2012), su estructura está conformada por el conjunto de elementos verticales, horizontales y curvos, que son los que le otorgan la forma y resistencia de la carga. Los materiales más comunes que lo constituyen son: madera, fierro o acero, su función es soportar la carga y esfuerzos que ocasionan el montaje de la cubierta; además de los aparatos de climatización o de riego, las plantas y los frutos (Alpi y Tognonni, 1999).

La clasificación de invernaderos se realiza de acuerdo a la tipología, equipos y tecnología utilizada, que considera tres niveles: baja, media y alta (Pieter de Rijk, 2008), NMDCI (2008), los clasifica según al periodo de vida útil, así como a la tolerancia a los desplazamientos de la estructura de cubierta. Es decir, los de clase A: estructuras de invernaderos unitarios o en batería y, la clase B: estructuras tipo casa-sombra, macro y micro túneles, para estos últimos, no existe una línea divisoria bien definida, sin embargo, se ha optado por considerar como elemento de referencia el volumen de aire encerrado por metro cuadrado de piso cubierto (Moreno et al., 2011).

La funcionalidad de los invernaderos se basa en sus características tipológicas y operación, material de cubierta, condiciones climáticas externas, tipo y manejo del cultivo, sistemas de producción y la ventilación, esta última, representa un aspecto fundamental en la funcionalidad de los invernaderos pues de ella depende más que de ningún otro factor. El control de la temperatura, humedad y concentración de CO2 son variables climáticas que afectan el desarrollo de las plantas, reflejado en los resultados de producción en cantidad y calidad (Matallana y Montero, 2001; Roy et al., 2002; Pérez, 2002; Castilla, 2004; Castilla y Hernández, 2005; García et al., 2010).

En México, la horticultura protegida en los últimos años está en constante crecimiento y desarrollo. Nieves et al., (2011) mencionan que la información existente sobre agricultura protegida no está lo suficientemente actualizada, es incompleta y no siempre fidedigna. El Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), en 2007 reportó 12,540 hectáreas; mientras que la Secretaría de Agricultura Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGARPA), en 2010 reportó 11,760 ha, cifra menor a lo reportado por el INEGI; por su parte, la Asociación Mexicana de Agricultura Protegida Asociación Civil (AMHPAC) censó 15,300 ha en el mismo año. En el año 2013 la SAGARPA menciona que en México existen 19,985 unidades de cultivo protegido; 66 % corresponden a invernaderos, 11 % a macro túneles, 10 % a casa sombra, 5 % a micro túneles, 5 % techo sombra y 3 % pabellón (SIAP, 2013).

Las discrepancias en la fuente de datos del número de hectáreas reportadas pueden ser causadas por el crecimiento acelerado de invernaderos, la falta de un sistema de registro nacional, y por la definición de agricultura u horticultura protegida, pues la agricultura protegida considera en sus datos a las estructuras con malla sombra, túneles de diferentes dimensiones e incluso las estructuras sin cobertura (Nieves et al., 2011). De la misma forma el abandono y la no permanencia de los invernaderos genera contradicciones, ya que el INEGI en 2007 reportó 18,127 unidades de producción, de las cuales 10,270 unidades (56.6 %) no tienen ventas debido a que la producción es para autoconsumo. En otros casos, son invernaderos que fueron abandonados, como consecuencia de una mala conducción y desarrollo, pues no se generan métodos y técnicas para el productor y acordes con la región, así como la falta de técnicos con conocimientos y experiencia en la producción de cultivos en invernaderos, incertidumbre fitosanitaria, inversión económica alta y el mal diseño de invernaderos (Steta, 2003; Castañeda, 2007; INEGI, 2007; Steta, 2003; Moreno et al., 2011).

Para la producción en invernaderos, la tecnología, investigaciones y formas de investigar han sufrido cambios en el mundo. Por lo que hay una gran necesidad de investigación local con relación a cultivos bajo condiciones de invernaderos, especialmente en países como México, donde este tipo de tecnología de producción es relativamente nueva para los agricultores (Baeza et al., 2006; Castañeda, 2007; Rico et al., 2007; Vázquez et al., 2007; Acuña et al., 2009; Ramos et al., 2010; López y Hernández, 2010; Briceño et al., 2011).

Por las razones expuestas, es importante documentar y analizar la situación actual de los invernaderos, lo que ayudaría a referir información básica sobre la tipología dominante en la zona, así como aspectos de diseño, estructurales y funcionales que posibiliten mejorar su diseño, y sentar las bases para futuros estudios. Además, aportará información importante que puedan intensificar esfuerzos en la capacitación y la actualización permanente del personal técnico, jornaleros y agricultores, así como fortalecer acciones para mejorar la producción. Por lo anterior, el objetivo del presente trabajo fue analizar, documentar las características y la funcionalidad de los invernaderos en el municipio de Chignahuapan, Puebla.


Materiales y Métodos

La investigación se realizó en el municipio de Chignahuapan, que se localiza en la región morfológica de la Sierra Norte de Puebla, formada por sierras individuales y similares entre los paralelos 19º 39’ 42” y 19º 58’ 48” latitud norte y 97º 57’18” y 98º 18҆ 06” longitud oeste. El clima corresponde a C(w1), templado subhúmedo: con temperatura media anual entre 12 y 18ºC; la temperatura mínima varía de -3 ºC a 18 ºC y la máxima de 22 ºC. La precipitación total anual varía de 600 a 1000 mm; el porcentaje de lluvia invernal es menor a 5 %, y una altitud promedio de 2,260 m (SMRN, 2007).

La obtención de información, para desarrollar el presente estudio consistió en realizar recorridos de campo, empleando entrevistas a productores con invernadero, mediante un cuestionario semi-estructurado. El mismo se aplicó de manera individual, realizando preguntas cerradas y abiertas, lo que facilitó al productor expresar su opinión. El instrumento consistió de 56 preguntas elaboradas y divididas en 5 secciones: 1) datos generales del productor; 2) producción; 3) comercialización; 4) financiamiento del invernadero; y 5) certificaciones. La caracterización de los invernaderos, se realizó a partir de indicadores de nivel tecnológico: a) tipología de invernadero; b) material de estructura; c) tipo de cubierta; d) control de factores climáticos; e) sistema de riego y; f) sistemas de producción. También permitió, determinar la extensión y área del mismo; simultáneamente las mediciones de ventanas se realizó mediante un distanciómetro Blue-ca 740 Precaster®. Para la evaluación de la funcionalidad con respecto al rendimiento por metro cuadrado, se utilizaron indicadores propuestos por Bouzo et al., (2009), que relacionan las características de los invernaderos con la superficie de suelo.

El criterio para seleccionar a los productores entrevistados, se basó en el inventario de invernaderos del estado de Puebla (SAGARPA, 2008). Los entrevistados representan una superficie sembrada en invernadero de 57,732 m2 al ser un número pequeño de productores se consideró realizar un censo, que reconociera analizar el 100 % del área total sembrada.

Para la aplicación de las entrevistas, se utilizó el método no probabilístico de bola de nieve, que consiste en localizar a informantes clave que conduzcan hacia los otros participantes. Este método facilita establecer una relación de confianza con los nuevos participantes, también permite acceder a personas difíciles de identificar y proporciona especificar las características de los encuestados (Crespo y Salamanca, 2007).

Dada la variabilidad climática estacional, manejo de cultivo y de plagas de cada año, se optó por las preguntas del ciclo de cultivo anterior, para facilitar la respuesta y su veracidad; la encuesta fue aplicada de octubre a diciembre de 2011. El procesamiento estadístico de la información contempló las variables categóricas y frecuencias, un ANOVA, prueba de Tukey, correlaciones y análisis de componentes principales con el programa estadístico SPSS.


Resultados y Discusión

Se entrevistó a 29 productores que representan el 86.6 % de la superficie total cubierta por invernaderos, el restante esta fuera de servicio o no accedieron a responder la entrevista.

De los encuestados 38 % fueron del sexo femenino y 62 % masculino con edad promedio de 37.4 años y 6 años de escolaridad. El 100 % sabe leer y escribir, y manifestaron que el invernadero y la tecnología que adoptaron se basaron en sus posibilidades económicas y de gestión, y no a las necesidades del cultivo o características agroclimáticas de la zona. En general estos resultados coinciden con lo mencionado por Fernández et al., (2006). El invernadero lo obtuvieron con apoyos estatales o federales e inversión propia, el promedio de tiempo que llevan laborando en el invernadero es de 2.6 años. Aunque 78 % realizaron actividades económicas distintas al invernadero, principalmente en el sector primario. Una mayoría de ellos (75 %), afirman que reciben asesoría técnica para la producción, mientras que el 100 % no tiene vinculación con algún centro de investigación o universidad, resultados similares a los mostrados por Padilla et al., (2012).

El total de los productores (100 %) refirió cultivar tomate (Lycopersicon esculentum Mill.), con un promedio de superficie por productor de 1,690 m2 , que significó un rendimiento promedio de 194 t ha-1. El 86 % vende su producción en presentación a granel de manera local y el restante fuera del estado. El 100 % indicaron no realizar un esquema de agricultura por contrato; además, no cuentan con alguna certificación de inocuidad, calidad o buenas prácticas agrícolas. Por otra parte, se encontró que la principal fuente de abastecimiento de agua para la producción, proviene de ríos y manantiales, aunque, el 27.5 % mencionó utilizar agua potable.

Por otra parte, el 100 % utiliza y manipula plaguicidas, pues mencionan que sin su uso los rendimientos disminuyen drásticamente, de tal forma que 93.1 % indican que su cultivo tuvo enfermedades causados por hongos, principalmente tizón tardío (Phytophthora infestans) y pudrición blanca (Botrytis cinerea). En cuanto a la presencia de bacterias como cáncer bacteriano (Clavibacter michiganensis), el 37.9 % las señaló como un problema importante. Las virosis estuvieron presentes en el cultivo, el 41.4 % lo expresaron. El 69 % manifestó la presencia de plagas, principalmente por vectores como la mosquita blanca (Bemisia tabaci) y áfidos, estas enfermedades también son mencionadas por Borboa et al., (2009), Rodríguez et al., (2011) y Ruiz et al., (2011).

Caracterización de los invernaderos

Los invernaderos de los productores encuestados en este municipio, están situados y dispersos en una zona con bajas temperaturas e inversión térmica (helada), principalmente en los meses de invierno (SMRN, 2007), por lo que el 100 % de los productores no realiza ninguna actividad productiva durante este periodo. Resultados similares fueron mencionados por Moreno et al., (2011), quienes señalan que los invernaderos en México se han ubicado donde decidió el inversionista, y no necesariamente donde se tienen las mejores condiciones climáticas para producir a menor costo. Sin embargo, estos resultados son distintos a los mostrados por Briassoulis et al., (1997), Von et al., (2000), García et al., (2010), quienes señalaron que la concentración de invernaderos, se observa en regiones con condiciones climáticas favorables, para el cultivo durante todo el año.

El 100 % emplea el polietileno como material de cubierta que es un plástico flexible resultados que concuerdan con los reportados por Díaz (2001). El 20.6 % de los invernaderos están orientados de norte a sur, por lo que su iluminación interna es más uniforme y más constante, debido a los ángulos de incidencia de los rayos solares para la trasmisión porcentual de luz en diferentes periodos del año (Matallana y Montero, 2001). El resto de los invernaderos están orientados en distintos ángulos, en donde se observó un exceso de polvo en la cobertura plástica; además, la baja radiación en la zona de estudio minimizan la penetración de la luz y maximiza el sombreado de las plantas a lo largo del día, lo que limita la tasa fotosintética (Wang y Boulard, 2000; Bouchet, 2003), y el rendimiento, asumiendo que éste es proporcional a la integral lumínica (Bailey y Richardson, 1990). Por lo tanto, algunos aspectos que inciden en la transmisión de la radiación como el ángulo de techo, el tipo de invernadero y la trasmisión hacia el interior son mencionados por varios autores (Bouzo y Pilatti, 1999; Geoola et al., 2000; Castilla, 2001; Iglesias y Muñoz, 2007), o el aumento en el número de invernaderos adosados lateralmente (Bouzo et al., 2009), son importantes debiendo considerarse para mejorar la transmisión de la radiación solar principalmente durante los meses invernales.

El 93 % de los invernaderos cuenta con cámara sanitaria con doble puerta para acceso al interior, este es un cuarto hermético frecuentemente con temperaturas mayores a los 40 °C, une los puntos de comunicación entre el interior y el exterior del mismo y su función es evitar la entrada de patógenos y vectores; sin embargo, es utilizada como almacén de plaguicidas, fertilizantes, alimentos, ropa, maquinaria agrícola, entre otros materiales. Dentro de la cámara sanitaria el 100 % cuentan con tapete fitosanitario con el fin de desinfectar el calzado de las personas, o las ruedas del equipo que tienen acceso a las instalaciones, pero no lo utilizan.

 

Tabla 1.
Clasificación de invernaderos por tipología y componentes en Chignahupan, Puebla

Clasificación

Tipo de
invernadero

Material de construcción y cubierta

Sistema de Producción

Control climático

Kg/m2

%

A

Macro túnel

Madera y
plástico

Suelo y
acolchado

Nulos

9

  6.8

B

Para clima templado con ventana cenital

Acero y
plástico

Suelo y
acolchado

Nulos

18

31.0

C

Para clima templado con ventana cenital

Acero y
plástico

Suelo y
acolchado

Calefacción

18

13.7

D

Para clima templado con ventana cenital

Acero y
plástico

Sustrato y tezontle

Nulos

19

31

E

Para clima templado con ventana cenital

Acero y
plástico

Sustrato y tezontle

Calefacción programador de riego

21

17.2

 

El 100 % de invernaderos son de baja tecnología según la clasificación de Pieter de Rijk (2008) y de García et al., (2010), quienes indican que genera vulnerabilidad en el sistema, estos resultados son similares a lo mencionado por Moreno et al., (2011). También se encontró que el 100 % cuentan con tecnología de riego por goteo, y solo 17.2 % calefacción. Con estos resultados, el análisis de clúster mediante la tipología de los invernaderos, materiales de construcción y cubierta, así como de sus elementos tecnológicos, permitió establecer 5 niveles de clasificación (Tabla 1).

En la tipología de invernaderos, los clasificados como A son invernaderos tipo macro túnel de estructura de madera, dependientes del ambiente exterior con sistema de riego por goteo, los clasificados como B, C, D y E son invernaderos para clima templado con ventana cenital, de estructura acero, y riego por goteo. La diferencia en estos invernaderos radica en el método de cultivo, ya sea suelo con acolchado plástico, sustrato tezontle y con control climático, que incluye a los calefactores, lo cual es similar a los resultados reportados por Grijalva et al., (2011) y Luna (2011).

Para la producción, 51.7 % utiliza acolchado plástico sobre el suelo, con un promedio de 18 kg/m2, el restante 41.3 % utiliza hidroponía con sustrato tezontle, y un promedio de 19.7 kg/m2. Resultados similares a los 17.2 kg m2 que fueron reportados por Ortiz (2004), pero inferiores a los obtenidos por Bernabé y Solís, (1999). Mientras que 25.5 kg/m2 fue el valor en los invernaderos tipo A, con promedio de 9 kg/m2, menor a los mostrados por Ortega et al., (2010); quienes mencionan 24.0 kg/m2.

 

Tabla 2.
Rendimiento de tomate (Lycopersicon esculentum Mill.) según la clasificación de invernadero.

Clasificación de invernaderos

Rendimiento
de tomate kg/m2

Tipo A (túnel, suelo acolchado, sin calefacción) 

10.5a

Tipo B (con ventana cenital, suelo acolchado, sin calefacción)

18.5b

Tipo C (con ventana cenital, suelo acolchado, con calefacción)

18.1b

Tipo D (con ventana cenital, sustrato tezontle sin calefacción)

19.1b

Tipo E (con ventana cenital, sustrato tezontle con calefacción)

19.3b

Medias con la misma letra son estadísticamente iguales; Tukey, p<0.05.

 

La diferencia de rendimiento (Tabla 2) puede estar influenciada por el tipo de invernadero: en ventilación, temperatura, humedad y la concentración de dióxido de carbono, lo cual afecta el desarrollo y crecimiento de los cultivos tal como lo mencionan Coelho et al., (2006), que compararon el comportamiento de los parámetros internos temperatura y humedad del aire con una gestión diferente de la ventilación natural y tipo de invernadero. No obstante, Cook y Calvin (2005), mencionan que los nuevos productores en el negocio de los invernaderos no logran de inmediato los rendimientos potenciales esperados en la adopción de tecnologías que aplican.

No se encontraron diferencias significativas en el rendimiento de tomate entre los grupo B, C, D y E, a pesar de utilizar distintos sistemas de producción con sustratos y suelo (Tabla 1). Estos resultados son similares a los reportados por Ojo de Agua et al., (2008). De igual forma, no se encontró diferencia significativa en los invernaderos con control climático (E) en rendimiento, contrario a lo mencionado por Díaz et al., (2001) y Castilla (2005), probablemente consecuencia de que la calefacción es utilizada únicamente cuando existe la posibilidad de inversión térmica (helada), y no para mantener una temperatura nocturna constante; de la misma forma, el productor no usa los calefactores justificando el alto costo de la fuente de energía (gas licuado del petróleo); no obstante, el tipo de invernaderos mostró diferencias significativas y una correlación significativa con respecto al rendimiento (Tabla 3).

 

Tabla 3.
Correlaciones entre rendimiento y distintas tecnologías aplicadas en invernadero

Tipo de invernadero

Control
climático

Sistema de producción

Rendimiento

0.82**

0.28

0.36

Tipo de invernadero

1

0.18

0.01

Control climático

1

0.10

**La correlación es significante al nivel 0.01.


Análisis de indicadores calculados

Los valores medios de los indicadores de funcionalidad de los invernaderos se presentan en el tabla 4. El rendimiento por metro cuadrado, mostró una correlación significativa con los siguientes indicadores: largo, altura y metros cuadrados de ventana, esto puede ser debido, a que la interacción de estos indicadores aumenta la superficie y volumen del invernadero. La influencia en las condiciones climáticas y de ventilación en el interior (Tabla 2), difieren en los resultados que obtuvieron Bouzo et al., (2009), quienes mencionan que una mayor superficie de invernadero posibilita el incremento de los problemas de ventilación, y disminuye el endimiento. No obstante, los invernaderos tipo A, mostraron una altura máxima al cenital de 4 m, de tal forma que el volumen de invernadero y los metros cuadrados de ventana se ven afectados, en cambio el rendimiento mostró diferencias significativas con respecto a los tipos B, C y D, lo que coincide con lo indicado por Bouchet et al., (2007), quienes destacan que el incremento en la superficie de ventana es favorecida con invernaderos de mayor altura; además estos tienen un comportamiento sujeto a fluctuaciones menores de la temperatura en comparación a invernaderos de escaso volumen.

 

Tabla 4.
Valores medios de los indicadores de funcionalidad de invernaderos en Chignahuapan, Puebla.

Invernadero

Mínimo

Máximo

Media

Desviación  típica

Largo (m)

47

145

71.6

32.9

Ancho (m)

20

64

26.0

13.3

Altura al cenital (m)

4

      7.8

  7.1

  0.8

Volumen (m3)

           4.1  

     71.8

15.8

18.2

Superficie (m2)

960

       9.2

  2.1

  2.4

Ventana (m2)

204

808

      350.3

              176.4

 

Tabla 5.
Correlaciones entre el rendimiento m2 con indicadores de funcionalidad de invernadero.

Invernadero

Largo

Ancho

Altura

Volumen

Superficie

m2 de ventana

Rendimiento m-2

0.444*

0.257

0.862**

0.355

0.311

0.443*

Largo

1

0.788**

0.226

0.880**

0.881**

0.963**

Ancho

1

0.151

0.977**

0.981**

0.901**

Altura

1

0.227

0.164

0.256

Volumen

1

0.995**

0.956**

Superficie

1

0.959**

*La correlación es significante al nivel 0.05
**La correlación es significativa al nivel 0.01

 

Para los indicadores sobre ventilación de invernadero, los resultados muestran una superficie media de 350.3 m2 de ventanas, con una correlación significativa entre largo, ancho, volumen de superficie y el rendimiento por metro cuadrado (Tabla 4 y 5).

Estos resultados, pueden estar influenciados, como se mencionó anteriormente, por las características climáticas mismas que se generan, según Montero et al., (2001) y Connellan (2002), los metros cuadrados de ventana con la superficie de suelo establecen una relación directamente proporcional con la tasa de ventilación del invernadero. También el 100 % de los invernaderos utilizan la ventilación natural para controlar altas temperaturas y promover la renovación del aire, resultados similares fueron reportados por Molina et al., (2004) y López et al., (2007).

Los invernaderos para clima templado con ventana cenital a diferencia del tipo multitúnel, evitan cambios bruscos que afecten el cultivo. Al ser estructuras altas, protegen el cultivo de temperaturas mayores. No obstante, el área total de ventilación fue de 23.6 %, este resultado es menor a lo propuesto por Hanan (1998), quien menciona que no debe ser menor del 30 % del área cubierta. Aunque estos resultados coinciden con lo indicado por la FAO (1990), Zabeltitz (1990), Montero et al., (2001) y Connellan (2002). Se considera que para una eficiente ventilación natural pasiva, el valor debe ser al menos de 25 %.


Conclusiones

Los resultados mostraron dos tipos de invernaderos en la zona de estudio, el primero para clima templado con ventana cenital; el segundo macro túneles, ambos de baja tecnología, clasificados en cinco grupos diferenciados por su tipología, material de construcción y cubierta, sistemas de producción, control climático y por el rendimiento. A pesar de utilizar distintos sistemas de producción, no se encontraron diferencias significativas en rendimiento, en cambio, los indicadores de funcionalidad mostraron una correlación entre las características del invernadero con el rendimiento. A partir de estos resultados se podrán desarrollar e implementar estrategias que conlleven a su mejor manejo, así como a la implementación de nuevas técnicas agrícolas para mejorar los rendimientos de los sistemas de cultivo.


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